4 de jul. 2008

Delectare, docere et movere (castellano)

DELECTARE, DOCERE ET MOVERE...

La Caravaggia hace suyos los objetivos de la retórica (delectare, docere et movere) a través de un trabajo minucioso en la elección e interpretación de este programa del seicento.

La corneta, el sacabuche, el bajón y el violín son una formación muy habitual en la época y difícil de escuchar hoy en día. El primer premio otorgado a este programa en el Concours International des Cuivres Anciens garantiza que ésta es una de las mejores oportunidades para escuchar el virtuosismo instrumental de la Italia de inicios del XVII.

Intérpretes

LA CARAVAGGIA

Aarón Zapico, clave y órgano

Daniel Zapico, tiorba y guitarra barroca

Joaquim Guerra, bajón

Jordi Giménez, sacabuche

Guadalupe del Moral, violín

Lluís Coll, corneta y dirección

Programa

I

- Giovanni Gabrieli (c 1554/7-1612)

Canzon septimi toni no. 2 (1597)

Violín, corneta, sacabuche, bajón, tiorba y clave

- Bartolomeo de Selma y Salaverde (c 1595-1613/38)

Canzon a due bassi (pub. póstuma: 1638)

Bajón, sacabuche, tiorba y órgano

- Giovani Battista Fontana (1589-1630)

Sonata quarta (pub. póstuma: 1641)

Corneta, bajón, tiorba y clave

- Biagio Marini (1594-1663)

Sonata terza (1629)

Violín, bajón, tiorba y clave

- Andrea Cima (fl 1606/27)

Capriccio à 4 (1610)

Violín, corneta, sacabuche, bajón, tiorba y clave

II

- Dario Castello (primera mitad del s.XVII)

Sonata duodecima (1644)

Violín, corneta, sacabuche, tiorba y órgano

- Giovanni Picchi (fl 1600/1625) / Antonio Valente (fl 1565–80)

Improvisaciones sobre ballos (1621) / (1575)

corneta, sacabuche, bajón, guitarra barroca y clave

- Girolamo Frescobaldi (1583-1643)

Sonata a4 Sopra Rugier

Violín, corneta, sacabuche, bajón, tiorba y clave

- Giovanni Girolamo Kapsperger (c 1580-1651)

Capona & Ciaccona (1626)

Tiorba, órgano y clave

- Andrea Falconieri (1585/6-1656)

Batalla de Barabaso yerno de Satanás

Violín, corneta, sacabuche, bajón, guitarra barroca y clave

Notas de Programa

A finales del siglo XVI, un gran número de músicos y filósofos empiezan a teorizar sobre la música poética y la semiopoética. El principio que rige estos tratados es el de la capacidad de la música de mover los afectos y las pasiones del alma. Esta idea no es nueva, pero sí lo es la importancia que tiene en el primer barroco y el gran número de elementos representativos que surgen en este momento para conseguir este objetivo.

Y si el objetivo es mover las pasiones del oyente, la mejor herramienta es la retórica clásica. Cicerón nos dice que un buen discurso debe ser agradable, instructivo y que debe mover al oyente. Estos son los principios que rigen el arte de la retórica: el arte de convencer, de persuadir, de conmover partiendo del discurso bien estructurado y bien dicho.

Sirviéndose de los mismos principios estéticos que utilizaran los compositores del primer barroco en sus obras, La Caravaggia ha diseñado un concierto de música instrumental ordenado y estructurado a partir de los principios de la retórica, un concierto convincente, que muestra todas las armas de la formación cuidadosamente organizadas para conseguir el máximo efecto en el oyente.

Así, en la Canzona de Gabrieli, en el Capriccio de Cima o en la Sonata de Frescobaldi, podemos oír a toda la formación en unas piezas que ya en sí mismas presentan un gran nombre de recursos retóricos fácilmente reconocibles en los distintos motivos rítmico-melódicos, en las diferencias de amplitud sonora, los juegos contrastantes entre las visiones vertical y horizontal del conjunto… En vez de ofrecer todo un concierto con la misma formación, La Caravaggia intercala piezas con formaciones más pequeñas que permiten disfrutar de otros timbres y posibilidades. De esta manera, el sacabuche, el bajón, el violín y la corneta tienen su espacio en el concierto antes de que la tiorba sorprenda con su casi minimalista Kapsperger que desembocará en el estruendo final de la poderosa Batalla de Falconieri.

La música que acompaña toda esta teorización estética es sobre todo vocal, pero no exclusivamente. A finales del siglo XVI, la publicación de música para instrumentos se dispara de una forma espectacular especialmente en las grandes ciudades de la península itálica. Nunca antes había existido tanta producción de música instrumental escrita como en el siglo XVII en ciudades como Roma, Florencia o Venecia. San Marco, principal centro de culto de la ciudad de los Dux, contaba con los más reconocidos cornetas, sacabuches, bajones y violines de Europa. Además, sus maestros de capilla y organistas componían para ellos, des de Gabrieli hasta Monteverdi. Es en este marco que La Caravaggia escoge el repertorio para su discurso retórico en forma de concierto.

Delectare, docere et movere es un viaje a través del primer barroco italiano guiado por La Caravaggia, en el que el público se siente transportado y movido entre los colores, timbres y afectos más diversos, gracias al intenso trabajo realizado por el conjunto sobre el discurso musical y las posibilidades retóricas de las obras escogidas.

Duración

80 minutos con pausa

Requisitos

· Un órgano y un clave (italiano) afinados a A=440Hz en mesotónico de ¼ de coma.

· 6 atriles, 6 sillas y un taburete para el organista.

· Iluminación suficiente para la lectura de las partituras.

· Disponibilidad del espacio escénico un mínimo de 3 horas antes del concierto para el montaje y afinación de los instrumentos y un ensayo general.