4 de jul. 2008

El Duque de Lerma (castellano)

EL DUQUE DE LERMA

1607-2007: 400 años de la adquisición del Cancionero

Colaboración entre La Caravaggia y Les Sacqueboutiers

La Caravaggia y Les Sacqueboutiers recuperan una selección de fabordones, himnos y motetes del Cancionero de Lerma, con motivo del cuarto centenario de su adquisición. Se trata de una de las pocas compilaciones de música escrita íntegramente para el uso de ministriles (cornetas, chirimías, sacabuches, bajones…). Una joya del repertorio hispánico muy poco interpretada que aquí se nos presenta con algunos de los músicos más calificados y reputados a nivel internacional en sus distintas especialidades.

Intérpretes

LA CARAVAGGIA & Les Sacqueboutiers

Pedro Estevan, percusión

Marc Clos, percusión

Josep Borràs, bajón y chirimía

Joaquim Guerra, bajón y chirimías

Daniel Lasalle, sacabuche

Simeón Galduf, sacabuches

Jordi Giménez, sacabuches

Valentín pérez, sacabuche

Beatrice Delpierre, chirimías i flautas

Philipe Canguilhem, chirimías i flautas

Jean Pierre Canihac, corneta

Lluís Coll, corneta

Jean Pierre Canihac y Lluís Coll, dirección artística

Programa

I

Anónimo

La guerre (5vv)*

Basado en la batalla de Clément Janequin (c.1485-1558) y Philippe Verdelot (c. 1480/85- c.1530/32)

Nicolas Gombert (c.1495-c.1560)

Mon seul (7vv)*

Anónimo

Pabana francesa (4vv)*

La de las medias, la de las dames y la francesa (4vv)*

Orlando di Lassus (c.1530/32-1594)

Bonjour mon coeur (4vv)*

Margot laboures les vignes (4vv)*

Giovanni Maria Nanino (1543/44-1607)

Dolce fiammelle mia (5vv)**

Josquin des Prez (c. 1450/55-1521)

Ave Maria (6vv)*

Francisco Guerrero (1528-1599) / Cristóbal de Morales (1500-1553)

Lauda Herusalem (6vv)** y ***

Fabordones para las chirimías (4vv)* y **

II

Anónimo

La Galera, La de don Juan (4vv)*

Francisco Guerrero / Juan de Urreda (1451-c.1482)

Pange lingua gloriosi (4/5vv)* i **

Anónimo

La ytaliana, tanque (4vv)*

Basada en Tan que vivray de Claudin de Sermisy (c.1490-1562)

Pieza para ministriles sin título (4vv)*

Francisco Guerrero

O dulçe y gran contento (5vv)**

Todos aman (5vv)** y ***

Phillipe Rogier (c.1561-1596)

Super flumina babilonis (8vv)****

I Tono (5vv)**

Transcripción i edición: Douglas Kirk i Arnau Rodon

Revisión música ficta: Philipe Canguilhem

*Utrecht, Biblioteca de la Universidad, ms. R 3.L.16,

**Lerma, Archivo de San Pedro, ms. mus.1

***Granada, Biblioteca Manuel de Falla, ms. 975

****Puebla, Archivo Musical de la Catedral, legajo 28

Notas de Programa

Una de las particularidades de la vida musical española del siglo XVI se encuentra en la presencia regular de instrumentistas (llamados ministriles) en el sí de las capillas musicales de las grandes iglesias del reino. Desde 1553, los canónigos de la catedral de Sevilla habían decidido contratar sobre una base salarial anual (y no para cada ocasión) a un grupo de ministriles, por el motivo que “sería muy útil y perfectamente compatible con las Escrituras Sagradas, hacer uso de todo tipo de música instrumental en esta catedral, sobre todo por la fama, el esplendor, y las grandes dimensiones de la misma, y además, todas la demás catedrales de España emplean constantemente la música instrumental”. Los mismos canónigos añadían igualmente que la música de los ministriles “mueve a un mayor afecto y devoción e incita las gentes a seguir a las procesiones e ir a los servicios religiosos”. Este último argumento y los anteriores pueden explicar la presencia masiva de instrumentistas no solamente en las principales catedrales españolas, sino también en los centros secundarios como Lerma, Ávila o Jaén.

El número de instrumentistas contratados podía variar, pero en general, los grupos contaban con de cuatro a seis músicos (como en el caso de Sevilla mencionado anteriormente), pese a que no era raro poder ver este número doblado por la contratación excepcional de músicos suplementarios en ocasión de las fiestas más importantes.

La característica principal de los grupos de ministriles españoles reside en el tipo de instrumentos utilizados, casi exclusivamente instrumentos de viento: a las únicas chirimías y sacabuches presentes en el inicio del Renacimiento, se añaden rápidamente las cornetas (para las partes agudas) y los bajones (para las partes graves), a partir de la segunda mitad del siglo XVI. Aún en Sevilla, del tiempo de la presencia de Francisco Guerrero, un documento de 1586 estipula que estos son los instrumentos que deberían ser utilizados. Por otro lado, el hecho de trabajar sólo con instrumentos de viento no impedía la indispensable búsqueda de la variedad de los timbres: El mismo documento, firmado por Guerrero mismo, precisa, en efecto, que cuando el Salve Regina es ejecutado por instrumentistas, “de los tres versos que se toquen, uno lo será con la chirimía, otro con la corneta y el tercero con las flautas, ya que a quien lo escucha resulta molesto oír siempre el mismo instrumento”.

El presente concierto propone hacer revivir la tradición de los ministriles a partir de una selección de piezas extraídas del repertorio que se tocaba justo al inicio del siglo XVII por los instrumentistas ligados a la iglesia de San Pedro de Lerma, situado bajo el patronazgo del duque Francisco Gómez Sandoval, primer ministro de Felipe III de España a partir de 1598. El interés del duque por su pueblo natal explica por sí solo las profundas transformaciones del aspecto arquitectónico y de sus instituciones religiosas las cuales obtuvieron el beneficio del duque en la época.

Entre 1601 i 1607, en efecto, el duque reconstruye completamente Lerma, dándole al pueblo un palacio, una iglesia, un monasterio, seis conventos, un gran jardín habilitado y calles pavimentadas rodeando bellas plazas. A partir de 1607 contrata, además de un organista y de seis cantores, cuatro instrumentistas (un chirimía, dos sacabuches y un bajón) para el servicio de la iglesia de San Pedro, incluso antes de que estuviera completamente terminada. Un cornetista y flautista se les une menos de dos meses después. El musicólogo americano Douglas Kirk ha podido establecer que este último instrumentista, Andrés Alamillos, proveniente de Palencia y León, llevó consigo los dos manuscritos que contenían el precioso repertorio que se va a ejecutar en ese concierto.

Estos dos libros de música, milagrosamente preservados, y conservados en su sitio el primero y en la biblioteca de la Universidad de Utrecht (Holanda) el segundo, aparecían ya en un inventario de 1609, en tanto que libros de canciones para ministriles. Según Kirk, no fueron copiados en Lerma, datan sobretodo de 1580-1590 y uno de los dos proviene, según toda verosimilitud, de la capilla real de Madrid, ya que contiene numerosas obras inéditas de Philippe Rogier, el compositor principal de Felipe II. Así, la música contenida en estos libros refleja más el gusto de los ministriles próximos al poder real que al de instrumentistas provincianos alejados de los centros musicales de importancia.

El repertorio seleccionado en el presente programa refleja la diversidad de obras que fueron tocadas por los ministriles, en particular su capacidad de elegir piezas sagradas y profanas en función del contexto. Las ocasiones de tocar eran numerosas: procesiones, oficios de fiestas, etc. Además, es bien posible que los instrumentistas de San Pedro tuvieran que mostrarse en ceremonias cívicas o de corte, aumentando así en mucho las ocasiones en que se les podía oír.

No será una sorpresa constatar que las piezas de compositores activos en España son las más numerosas en los manuscritos, tanto los recientes (Rogier i Guerrero) como los más antiguos, por ejemplo la canción de Nicolas Gombert, quien fuera maestro de los niños del coro de Carlos V. Pero encontramos también un repertorio internacional de moda (Nanino, Lassus), prueba que la música circulaba relativamente rápido de un país al otro, y que Lerma no estaba al margen de este movimiento.

La gran mayoría del repertorio consiste en la ejecución instrumental de obras concebidas originalmente para las voces. Muy pocas danzas figuran en los dos manuscritos, lo esencial de la música puramente instrumental está representado por fabordones, cortas intervenciones destinadas a alternar con el canto llano en el momento del recitado de los salmos especialmente durante el oficio de las Vísperas. Tocar con instrumentos obras concebidas para voces puede parecer, en un primer momento, un empobrecimiento, o por lo menos una manera poco interesante de reciclar el repertorio antiguo. Sin embargo, como recuerda Guerrero al inicio del documento citado más arriba, los ministriles no se contentaban con tocar las partes vocales sin modificar las melodías originales, todo lo contrario. Añadir ornamentaciones, las “disminuciones” o “glosas” (término típicamente español), representa la esencia misma del arte de los ministriles. Una vez el compositor sevillano se ha referido a esta práctica, avisa a los instrumentistas de los riesgos inherentes que conlleva: “Cuando improvisen las glosas, deberán respetar cuidadosamente algún orden, por lo que a lugares y tiempos respecta. Cuando un menestril añada glosas a su interpretación, otro deberá ceder y limitarse a tocar la notas escritas, pues se produciría una cacofonía absurda si los dos improvisasen glosas simultáneamente”.

¡Esperamos que este tipo de figuras no se produzca esta noche!

Texto: Philippe Canguillem

Trad.: Lluís Coll

Duración

80 minutos (con descanso)

Requisitos

· 20 atriles, 8 sillas e iluminación necesaria para la lectura de las partituras.

· Transfers para los músicos y especialmente para los percusionistas desde la llegada al aeropuerto hasta la vuelta.

· Disponibilidad del espacio escénico un mínimo de 3 horas antes del concierto para el montaje y la afinación de los instrumentos y un ensayo general.